Ayuntamiento de Santander


La calle Antonio López ganará espacios verdes y estanciales tras el derribo de los tinglados

19 Jun 2018
Ayuntamiento de Santander
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La alcaldesa ha presentado hoy la propuesta de reordenación de ese espacio, que el equipo de gobierno ha expuesto ya a los vecinos del entorno. Las obras podrían empezar a principios de 2019, una vez que la Autoridad Portuaria haya trasladado la actividad que desarrolla en los tinglados a una nueva ubicación.

La calle Antonio López ganará más espacio para el ciudadano, áreas verdes y estanciales gracias al proyecto de acondicionamiento y urbanización que el Ayuntamiento de Santander va a acometer tras el derribo de los tinglados portuarios, que se realizará previsiblemente a principios de 2019, una vez que la Autoridad Portuaria haya trasladado la actividad que desarrolla en ellos a una nueva ubicación.

La alcaldesa, Gema Igual, y el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, han presentado hoy la propuesta de reordenación de ese espacio, que el equipo de gobierno ha expuesto ya a los vecinos del entorno quienes, tal como ha trasladado la regidora santanderina, “la han acogido con mucha alegría porque va a mejorar notablemente la zona”.

El Ayuntamiento prevé tener acabada la redacción del proyecto dentro de un mes, de manera que, tras su aprobación por la Junta de Gobierno Local y licitación, podría estar adjudicado en este mismo año, y los trabajos comenzarían en cuanto el puerto finalice el traslado, lo que se prevé que pueda ocurrir a principios de 2019.

La actuación tendrá un presupuesto estimado en alrededor de 1,7 millones de euros y un plazo de ejecución de 9 meses, con lo que las obras acabarían el próximo otoño, ha señalado la alcaldesa, quien ha destacado el “importante cambio” que está experimentando el entorno de Castilla-Hermida, con actuaciones como ésta, la urbanización de los primeros 1.500 metros cuadrados de espacios liberados como resultado de la reordenación ferroviaria o la construcción del futuro centro cívico en el antiguo edificio de Tabacalera.

Igual ha hecho hincapié en que la colaboración entre administraciones –en este caso el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria- está dando importantes frutos en beneficio de los santanderinos, que han visto cómo se han recuperado para la ciudad alrededor de 75.000 m2 en su frente marítimo, a los que se sumarán otros 5.400 en el entorno de la Estación Marítima, cuyas obras, que cuentan con una inversión municipal de un millón de euros, finalizarán en noviembre.

La alcaldesa ha apuntado que el siguiente paso en este proceso será el acondicionamiento y urbanización de la calle Antonio López tras el derribo de los tinglados portuarios, un proyecto que surge tras la dotación al Fondo de Compensación Portuaria -por parte del Ministerio de Fomento, durante la etapa en la que Iñigo de la Serna estuvo al frente de mismo- de un millón de euros para que la Autoridad Portuaria llevase a cabo el acondicionamiento de unas nuevas naves de mantenimiento, lo que permitirá derribar los viejos tinglados una vez que estén operativas las nuevas dependencias.

Mientras tanto, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria han redactado un convenio por el que el puerto pone a disposición de la ciudad una parte de los terrenos que ocupan los tinglados una vez derribados y el Ayuntamiento se hace cargo de los costes de derribo y de la posterior urbanización.

El Ayuntamiento ya tiene aprobado este convenio por parte de la Junta de Gobierno Local y el Puerto está esperando a la autorización por parte del Ministerio de Hacienda para aprobarlo en un próximo consejo de administración y así proceder a su firma por las dos partes.

Descripción del proyecto

El proyecto afecta al tramo de la calle situado entre el antiguo edificio de Tabacalera y la Biblioteca Central, en una superficie de 8.245 metros cuadrados, de los que 2.518 se corresponden con los espacios que ahora ocupan los tinglados.

Consistirá en el acondicionamiento y la pavimentación de todo el nuevo ancho completo de la calle Antonio López para que pueda tener un uso adecuado para los viandantes y vehículos, mejorar la calidad ambiental, la accesibilidad, la seguridad urbana y la calidad urbanística.

Para ello, se apuesta por el aumento áreas verdes, la pacificación del tráfico, con zonas adoquinadas en plataforma continua en los extremos, la mejora de la seguridad urbana, al alejar los tráficos de vehículos y bicicletas de las salidas de los edificios, y la mejora de la calidad urbanística de los espacios peatonales, incrementando los anchos de aceras.

La incorporación del nuevo espacio permitirá que esa calle, que actualmente tiene una anchura de 14 metros, gane 8,5 metros más, hasta los 22,5, una superficie que se añadirá a la acera que discurre junto a los edificios, de manera que se consiga un gran paseo peatonal, en el que se incorporarán zonas estanciales y áreas verdes.

Asimismo, será posible la ampliación de la anchura del carril bici que, en su tramo final, se separará del parque infantil situado junto a la Biblioteca Central, una sugerencia realizada por los vecinos con el fin de evitar las interferencias que se producen entre los ciclistas y los usuarios de esa zona infantil.

En la primera zona, frente al edificio que albergará el futuro centro cívico, el vial se colocará al nivel de la acera, de manera que el peatón tendrá prioridad, al igual que ocurrirá en el extremo final, el más cercano a la calle Ruiz Zorrilla. La zona peatonal pasará a tener 14 metros de anchura y se colocarán áreas estanciales, árboles y mobiliario urbano.

Las plazas de aparcamiento situadas al inicio de la calle se desplazarán hacia el siguiente tramo, de manera que se conservarán los 61 estacionamientos existentes.

Por su parte, en la zona central, situada frente a los edificios de viviendas y locales, se permitirá el aparcamiento de vehículos en batería y la acera pasará a tener 9,30 metros de anchura. También se dotará a ese espacio de árboles y mobiliario urbano, dejando siempre un espacio libre de 4,50 metros de anchura para permitir el paso de los servicios de emergencia, en caso de que fuera necesario.

Respecto al arbolado, se trasplantarán los 35 abedules existentes, que serán sustituidos por más de 100 árboles de diferentes especies y se completará una superficie total de 1.250 metros cuadrados de zonas verdes.