Ayuntamiento de Santander


El número 20 de la calle Cádiz estrena la placa dedicada a José Hierro dentro de la ruta de Ilustres

18 Jun 2021
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La alcaldesa ha descubierto la leyenda en la casa en la que vivió el poeta, un acto en el que ha estado acompañada por la hija menor del Premio Príncipe de Asturias 1981

La alcaldesa, Gema Igual, ha descubierto hoy en la calle Cádiz 20 una nueva placa de la ruta Ilustres Santander en homenaje al poeta José Hierro.

Se trata de la sexta leyenda que el Ayuntamiento de la ciudad descubre dentro de este nuevo recurso turístico y que cuenta ya con las instaladas y dedicadas a José María de Pereda, Augusto González Linares, Luis Quintanilla Isasi, Marcelino Sanz de Sautuola y Gerardo Diego.

Acompañada por la concejala de Turismo, Miriam Díaz, y la hija del poeta, Marián Hierro, Gema Igual ha puesto en valor la figura de Hierro y ha destacado su importancia dentro de esta ruta, un nuevo recurso turístico y cultural para recorrer Santander bajo otra mirada, siguiendo los pasos de las relevantes personalidades que dejaron su impronta en la ciudad.

“Es un honor colocar esta placa en homenaje al gran poeta José Hierro, una persona extraordinaria y muy cercana a la que todos los santanderinos querían y respetaban”, ha subrayado.

Por su parte, Marián Hierro, hija del poeta, ha asegurado que para la familia “es muy importante” que se le siga recordando y sobre todo “con el cariño y la admiración” que se sigue haciendo.

“Estamos muy emocionados al comprobar que mi padre sigue siendo tan actual, y que cada poco tiempo hay un acto en el que se le recuerda”, ha señalado.

Tal y como ha detallado Igual, en la primera fase del proyecto, que consta de 15 puntos y estará finalizada el 1 de julio, también se reconocerá a María Blanchard, que nació en la calle Santa Lucía 32; a Concha Espina, en la calle Méndez Nuñez 4; a Benito Pérez Galdós, que veraneó en una casa que estaba situada en la Avenida Reina Victoria 103-105; o a Marcelino Menéndez Pelayo, en su valiosa Biblioteca de nombre homónimo en la calle Gravina.

El listado de Ilustres continúa con la pintora Leonora Carrington, en el Parque del Doctor Morales donde se encontraba el psiquiátrico donde estuvo ingresada dos años; o el cirujano Enrique Diego-Madrazo, que falleció en una casa de la calle Castelar 7.

En esta primera fase también se homenajeará a la fotógrafa María García del Moral, que montó su estudio de fotografía en la calle Gravina 7; la escritora y activista que luchó por los derechos de la mujer Ana María Cagigal que trabajó en el periódico ‘La Voz de Cantabria’ ubicado en la calle San José, 15; y el pianista y director de orquesta Ataúlfo Argenta, en la Plaza Porticada.

La iniciativa se irá ampliando con el tiempo, estando ya prevista una segunda fase que incluirá personalidades como el párroco de la iglesia de Santa Lucía Sixto de Córdova, que vivió en Daoíz y Velarde 13; la religiosa Sor Ramona Ormazábal, en el Parlamento de Cantabria; y el industrial, naviero y banquero, Juan Pombo, Marqués de Casa Pombo, en el Palacio donde se ubica el Real Club de Regatas (Plaza Pombo 3), entre otras.

Sobre José Hierro

José Hierro nació en Madrid en 1922, pero a los dos años se trasladó a Santander.

Estudió sus primeros años en el colegio de los Salesianos y después se formó en la Escuela de Minas donde, en contra de la voluntad familiar, estudio peritaje eléctrico-mecánico, pero no pudo terminar los estudios por el inicio de la Guerra Civil Española.

Con 13 años descubrió a Gerardo Diego con la obra ‘Versos humanos’, uno de los poetas que más le influyó en esa poesía poderosamente evocativa e íntima con la que siempre deleita.

Entre 1936 y 1937 –cuando tenía 14 o 15 años- aparecieron publicados sus primeros poemas en un periódico de Gijón y en el Romancero General de la guerra de España y vivió la guerra en Santander con su familia.

Trabajó en Santander de los 25 a los 30 años empeñando diversos oficios: obrero en unos talleres metalúrgicos y redactor jefe de las revistas de la Cámara de Comercio de Santander y de la Cámara Agraria, titulada esta última Tierras del Norte.

A los 30 años ya se trasladó a vivir a Madrid y empezó a trabajar en Editora Nacional, primero como oficinista, luego como encargado de ediciones, diseñando las cubiertas de los libros y corrigiendo las pruebas de edición.

A los 59 años recibió el Premio Príncipe de Asturias, a los 68 –dos años después de jubilarse en Radio Nacional- el Premio Nacional de las Letras; a los 73 el  IV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y es nombrado Doctor Honoris Causa por la UIMP de Santander; y a los 76 el Premio Cervantes.

A los 77 es elegido académico de la Real Academia de la Lengua, cargo que no llegó a ocupar porque murió antes de leer su discurso de ingreso; a los 78 años se le concede el premio Miguel Hernández y a los 80, unos meses antes de fallecer, es nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Turín.

La ciudad le rindió un homenaje el 25 de abril de 2008 colocando un busto suyo en el Paseo Marítimo, junto a Puertochico, inspirado en los versos de uno de sus poemas sobre la bahía: "Si muero, que me pongan desnudo, desnudo junto al mar. Serán las aguas grises mi escudo y no habrá que luchar"